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Quivera 2007-2 7
El crecimiento metropolitano en Méxicomen el contexto del subdesarrollo latinoamericano. Reflexiones metodológicas para la planeación
Eduardo Sousa González1

Resumen
El control de la expansión de las áreas metropolitanas representa hoy día uno de los retos más importantes que las autoridades
gubernamentales en la mayoría de las regiones del mundo deben enfrentar, entender el contexto en el que
se desarrolla la vida de los pobladores metropolitanos con sus diferentes interacciones locales, regionales, nacionales
y mundiales; constituye una condición indispensable en el proceso metodológico de la planeación del lugar.
Palabras clave: Desarrollo, subdesarrollo, sistema social urbano,
Abstract
The control of the expansion, in the metropolitan areas, represents, now a days, one of the most important challenges
that the governmental authorities, in almost every region should face, to understand the context in which metropilitan
settlers life’s develops, with it’s different local, regional, nacional and world-wide interactions; constitutes an indispensable
condition, in the metodological process of city planning.
Key words: development, subdevelopment, urban social system (SSU)

1 Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León http://www.esousa.es.tl

Introducción.
Las reflexiones teóricas presentadas en esta primera parte, tienen el propósito
de circunscribir sucintamente a las concentraciones urbanas de
México y similares de Latinoamérica con características de metropolitanismo2,
en los procesos histórico-económicos que han influido en el desarrollo
mundial; dichas aglomeraciones urbanas son consideradas en esta investigación,
como parte de un Estado-nación, o mejor, dadas sus características
concentradoras socio-demográficas y político-económicas, como metrópolisestado;
la idea que subyace en esta forma de abordaje, que intenta ceñir a las
áreas metropolitanas de México en un contexto teórico coligado a procesos de
desarrollo-subdesarrollo, obedece, como método de análisis, a proponer un soporte
teórico que explique algunas de las particularidades del crecimiento
metropolitano; visualizando al proceso de desarrollo como el todo, pretendiéndolo
asociar además: por un lado al crecimiento físico-territorial de la metrópoli
y; por el otro, al subdesarrollo como característica intrínseca de nuestro país3. En
efecto, para la exploración del crecimiento metropolitano que asociamos con
los conceptos de desarrollo-subdesarrollo, proponemos un análisis teórico que
parte de lo general a lo particular: método deductivo, más que un método dialéctico
de oposición de contrarios.
En este contexto de análisis, podríamos considerar que la etapa de desarrollo
por la que atraviesa México como país y sus principales ciudades metropolitanas:
Monterrey, Guadalajara y Puebla, han tenido y tienen hoy día, una
relación estrecha con sistemas económicos mundiales debido a los procesos
hiperglobalizadores que han repuntado en esta época; en tal contexto mundialista
se intentará relacionar al proceso de crecimiento urbano-metropolitano a
algunas explicaciones teóricas sobre las características histórico-conceptuales
del desarrollo-subdesarrollo; derivando finalmente una propuesta que involucra al proceso metodológico para la planeación en estas zonas densamente
pobladas.

2 Dentro de esta categoría se excluye por razones obvias a la ciudad de México, ya que es una concentración urbana que ha rebasado esta proporción.
3 Algunos autores, sobre todo aquellos que utilizan los métodos de análisis marxistas opinan (J. P. Sartre: 1960:273, C. Furtado, 1965:31, G. Lukas, 1959:18 y otros muchos más) que la importancia para la comprensión de los procesos históricos deriva precisamente del hecho de que la historia, al nivel de los conocimientos actuales del hombre, no puede ser reconstituida si se parte del análisis aislado de los múltiples hechos que la componen. Según furtado, C. (1965:31) es a partir de esa experiencia original que se puede hablar de dialéctica como instrumento para comprender los procesos históricos; por lo que el problema central de la dialéctica sería entonces, el conocimiento de la totalidad del fenómeno histórico (Lukás, G. 1962:6). Esa totalización según Furtado (1965: 31) sería condición para el análisis del comportamiento de las partes; así, la oposición de los contrarios (dialéctica) sólo adquiere sentido como oposición de las partes al todo, del todo a las partes y del todo a sí mismo en el curso de una totalización. En este orden de ideas, sería posible considerar a
los países desarrollados o las características del desarrollo, como el todo y a los países en desarrollo o las particularidades del subdesarrollo, como las partes.


Definición histórica del desarrollo.
Sin pretender profundizar en la disciplina de la ciencia económica, que dicho
sea de paso, no es el propósito del actual apartado, se considera necesario,
en el marco metodológico planeación metropolitana expuesto en este artículo,
presentar a continuación y a manera de esclarecimiento teórico-conceptual,
algunas vertientes de análisis en torno al termino de desarrollo, esto, con el
propósito de entender la forma en que históricamente se ha tratado de definir
éste concepto, ubicando algunas de las particularidades que tienen aquellos
países considerados como desarrollados, entre los cuales ciertamente no se
encuentran los Latinoamericanos; circunstancia, que desde la óptica de esta
investigación, supone, que aunado a otros múltiples factores, por ejemplo, los
culturales, económicos, físico-espaciales y otros, sería uno de los elementos
que influye en las características morfológicas y crecimiento de las ciudades
metropolitanas.
Así, se pudiera afirmar que el concepto de desarrollo en términos muy generales
y para los propósitos del presente escrito, implica una mejora cualitativa,
no sólo de una rama económica, sino de toda la economía y por ende de la
sociedad incorporada al sitio, precisamente ésta sería una de las características
que gozan en los países las denominadas sociedades desarrolladas; entonces,
desde esta óptica, la definición del concepto de desarrollo explicaría en forma
por demás convincente, la situación proclive que caracteriza a la estructura
social y económica de la mayoría de países en desarrollo retardado, subdesarrollados
o emergentes de Latinoamérica.
No obstante, sería necesario diferenciar entre la noción de desarrollo y el
concepto de crecimiento económico, dado que para la existencia real de desarrollo
debieran de concurrir otras circunstancias, aparte del incremento sostenido de
la actividad económica (Gutiérrez, E.:2003:98), de hecho, pueden darse períodos
largos de crecimiento económico sostenido, por ejemplo: en el caso de Brasil
y México cuando ambos países en los años sesenta y principio de los setenta,
disfrutaron de un importante repunte económico, sin que se halla generado
evidentemente un desarrollo en el pleno concepto; en efecto, esta condición se
considera solamente como crecimiento económico. Ver Tabla n° 1.
Por estas razones se reconoce que el desarrollo va ligado efectivamente, a
reformas estructurales en el plano económico y social, supone de entrada:
una mejora visible del nivel de vida de la mayoría de la población (Furtado,
C.:2000:14), la obtención de un mayor margen de maniobra del Estado para
definir su estrategia económica frente al mercado mundial, un incremento
del gasto público, particularmente en inversión reproductiva y en servicios
sociales, e inversión pública en el capital humano; especialmente, en un mayor nivel educativo y en un mejor estado de salud y de alimentación de los
pobladores del sitio.
En este sentido, queda claro que el debate acerca del desarrollo es extenso,
perfilándose en el tiempo múltiples líneas de explicación: por un lado, se tendría
que citar la llamada visión convencional, que se podría caracterizar como:
el enfoque marxista y la posición que representa la teoría del despegue; la cual
afirma que el subdesarrollo es una etapa por la que han de pasar todos los
países en desarrollo para acercarse a los países de capitalismo avanzado (Rostow
1938, ver tabla n° 2.); por el otro, diversos enfoques han insistido en la
necesidad de cortar o de reducir sus vínculos con el mercado mundial, como
condición para enfrentar el subdesarrollo, incluso existen otros que privilegian
lo local antes que lo global (principio de subsidiariedad: Borja, J. 2002: 368,
Cavanagh, J. 2003: 81, Ianni, O.:2001, Dos Santos, T.: 2002,2004), y algunos
otros que insisten en que el mayor grado de autonomía para decidir la estrategia
de desarrollo económico debería complementarse con la colaboración de
otras economías del Tercer Mundo4.
Históricamente se podría decir que en los años setenta, el panorama internacional
parecía favorable a los países en desarrollo que pedían una reforma
de la economía mundial; sin embargo, la evolución de la crisis económica
mundial y posteriormente, el agravamiento de la deuda externa en los países
subdesarrollados, hicieron inviable cualquier reforma. De hecho, los decenios
para el desarrollo proclamados por Naciones Unidas 1960-70 y 1970-80 fueron

4 La expresión »tercer mundo« se origina en un artículo publicado en 1952 por el economista francés Alfredo Sauvy, quien observó como el planeta fue repartido al finalizar la Segunda Guerra Mundial: países del bloque Occidental y del bloque Oriental, sin tomar en cuenta a los demás países los que quedaron marginados a un tercer plano o Tercer Mundo. Así, a los países situados en Europa Occidental y Norteamérica, además de Japón, Nueva Zelanda y Australia, se los denominó bajo el nombre genérico de Primer Mundo; a los países de Europa Oriental y a sus aliados, se los ubicó en el Segundo Mundo; y, por exclusión, se designó como Tercer Mundo al conformado por los demás países; Alfredo Vergara (2005).

un fracaso; en América Latina, los años ochenta se consideran una década
completamente perdida para el desarrollo, en efecto, se conoce como la época
perdida, ya que en la mayoría de países el producto tuvo una caída que anuló
el crecimiento de más de 10 años5.
En este orden de ideas es claro que sobre la interpretación teórica del desarrollo,
existe una corriente histórica y contemporánea muy sólida, aquí solamente,
se presentará un resumen precisamente histórico y muy compacto,
incorporando solamente algunas de las características que intentan definir
5 Según algunos autores como Garza, G. (2003:69 y Rozo, C. 1998: 9) en el caso de México esta
crisis económica mundial cambió dramáticamente el esfuerzo del país por constituirse en un Estadonacional
con relativa independencia de los países desarrollados, particularmente de Estados Unidos:
entre 1936 y 1980 el país intentó consolidar un modelo de desarrollo autónomo de matices nacionalistas
(sustitución de importaciones) y es a partir precisamente de la crisis de 1982 que improvisa un
nuevo modelo de apertura al comercio internacional e inserción en la economía globalizada (neoliberal),
que lo lleva a un esquema neodependiente acentuando los desequilibrios sociales.
ésta visión del desarrollo, donde se aprecia: la propuesta marxista del siglo
XIX, la de W: W: Rostow6 y la teoría centro periferia de Raúl Prebisch en 1949,
entre otras:
Según algunos autores (Dos Santos: 2002, 2004; González Navarro: 2002;
Gutiérrez, E.: 2003; Sunkel, O. y otros: 1980; Furtado, C: 2000, 2003, 1996, 1965
y otros) es muy antigua la pretensión de clasificar los sistemas económicos (SE)
históricos definiendo tipos ideales de los mismos, basados solamente en un
reducido número de fenómenos que en cierta medida pueden expresarse en
forma cuantitativa; olvidando, como menciona C. Furtado (2000:127) que esos
tipos ideales son fases obligatorias de la evolución de todas las sociedades históricas.
Por ejemplo, Adam Smith7 que sienta las bases de la escuela clásica, reseño
como una evidencia descriptiva que la economía humana experimentó
una secuencia de cinco fases: la caza, la crianza, la agricultura, el comercio, y
la industria; para J. S. Mill, principal sistematizador del pensamiento clásico,
quien publicó su principal obra en 1848, la riqueza es el indicador de la prosperidad
o decadencia de las naciones y uno de los principales representantes
de la escuela alemana Frederic List en1844 asociaba la evolución de las naciones
a un proceso secuencial de cinco etapas transitando desde: la esclavitud
a la actividad pastoril de ahí hacia la agricultura y manufactura, agregando el
comercio a la etapa final; para esta corriente de pensamiento, el concepto de
riqueza se refiere en forma directa al potencial productivo de una comunidad
que se traduciría en el conjunto máximo de bienes que un país puede obtener, dada
la naturaleza de su suelo, su clima y su situación respecto de otros países (Sunkel,
O.1980: 23). La riqueza es para ellos, el producto de una sociedad organizada
jurídica e institucionalmente de acuerdo con la filosofía del derecho natural,

6 W. W. Rostow, the processof economics growth (Oxford: 1953), the take-off intoself-sustained growth, economics jornal, marzo 1956, the stages of economics growth, economic history review, agosto 1959.
7 Adam Smith, Economista británico fundador de la «economía política clásica», creó un sistema basado en la doctrina económica liberal, en el que resumía las ideas de sus predecesores (Cantillon, Hume, Petty, entre otros); según Smith, la fuente de la riqueza nacional no debe buscarse en las existencias y reservas de dinero (mercantilismo) o en la producción agrícola (fisiocracia), sino en el trabajo realizado por el pueblo, cuyo rendimiento se ve acrecentado por la división del trabajo. Para Smith, el motor principal de todos los procesos económicos lo constituye el interés personal, al que consideraba el principio ordenador de la economía, otro de los mecanismos reguladores de la economía
es el funcionamiento del automatismo del mercado, que aporta la necesaria compensación
de la oferta y la demanda mediante el precio de mercado lo que se llamó la mano invisible. Paramla política económica exigía el libre mercado y el laissez faire, es decir, el Estado debía intervenirmlo menos posible, ya que la libre competencia era la que aportaba armonía natural a la vida social y económica. Sus obras principales son Teoría de los sentimientos morales (1759) e Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones (1776).

esta concepción esta estrechamente con la filosofía individualista y liberal del
derecho y del Estado que se difunde durante el siglo XVIII.
Para la escuela neoclásica (A. Marshall, 1890) que se inicia después de
1870 la concepción evolucionista del proceso económico es de fundamental importancia
el cual se concibe como un proceso de mutación gradual, espontánea y
continua; precisamente esta sería la justificación del concepto llamado ceteris
paribus, el supuesto que todo lo demás permanece constante cuando se altera
una de las variables, pilar fundamental del instrumental analítico neoclásico;
otro concepto asociado a esta escuela de pensamiento lo representa la noción
de progreso que se asocia al adelanto tecnológico aplicado al potencial productivo;
el concepto más reciente asociado a la teoría macroeconómica es el de
crecimiento que se relaciona en cierta medida con la noción de industrialización,
ya que durante mucho tiempo el desarrollo de la industria se considero como
sinónimo de desarrollo económico.
Según Furtado, C. (2000: 127) el esfuerzo más exitoso en formular una teoría
de la evolución histórica, basada en una secuencia de fases de la actividad
económica fue de K. Marx; desde ésta óptica marxista sería la forma de
apropiación de los factores de la producción la que define la organización del
sistema económico: en la primera forma histórica, según él, no existía la apropiación
privada de los factores de producción, llamándosele comunismo primitivo;
en la segunda, la característica principal estría signada por la apropiación
privada del factor hombre o esclavitud; en el feudalismo que correspondería a
la tercera forma, es la apropiación privada de la tierra el factor decisivo de
la organización económica. Finalmente en la última etapa el control del factor
capital sería lo que caracteriza la época, aquí se estaría en presencia del sistema
capitalista. Ver tabla nº 2.
Desde el enfoque de K. Marx, a cada nivel de desarrollo de las fuerzas productivas
(concepto de importancia fundamental en ésta posición ideológica)
corresponde una forma singular de organización de la producción, de esto
resulta que la apropiación privada de los medios de producción (incluyendo
cada avance tecnológico) crea una sociedad estratificada en clases sociales, cuyos
intereses son evidentemente antagónicos; estos antagonismos o lucha de
clases serían los que provocan, según Furtado, C. (2000:128) el desarrollo de
las fuerzas productivas, forzando los cambios en la organización social.
En este contexto histórico, valdría mencionar, que antes del inicio de la
segunda guerra mundial Colin Clark (1938)8 había estudiado las diferentes estructuras
de los sistemas de producción, a partir del análisis de la utilización
del factor trabajo, sus investigaciones estadísticas demostraron una elevada correlación
entre las variables composición de la población y el nivel de ingreso real
por habitante, evidenciándose una función inversa del nivel de ingreso real

8 The conditions of economic progress: 1938.

por habitante, con respecto a los pobladores ocupados en el sector primario
(agricultura, ganadería y pesca), esto significa que en efecto, el empleo e ingreso
de mano de obra en el sector secundario (industria) aumentaría rápidamente
como condición del progreso económico; finalmente C. Clark predice
que en la fase superior del desarrollo, será el sector terciario o servicialización
el que empleará mayor mano de obra y no se equivocaba, ya que si revisamos
detenidamente la tabla n° 3 es posible observar como históricamente (1950-
1970) algunos países latinoamericanos seleccionados, reducen su producto
interno bruto PIB en el ámbito de la agricultura, incrementándolo en el sector
industrial y en el de otros servicios; incluso si se examina la tabla n° 4 es posible
observar como en años recientes (2000), la población económicamente activa
de las principales áreas metropolitanas en México, esta concentrada en mayor
proporción en el sector terciario o de servicialización.
Es a partir de investigaciones realizadas por algunos autores como C. Clark
que se demostró que el desarrollo esta coligado intrínsecamente a modificaciones
importantes en las estructuras económicas y sociales, por lo que surge
o resurge, en esa época, la idea de que el desarrollo debe recorrer y superar una
secuencia de fases o etapas: para W. W. Rostow son 5 etapas de crecimiento y
su punto de partida lo representa la sociedad tradicional, la cual Rostow asocia
con baja productividad y concentrada en la agricultura como actividad principal,
de lo cual se desprende que la estructura del poder político esta controlada
por la clase de los propietarios de las tierras.
En la obra más importante de éste autor The process of economics growth
(Oxford, 1953) definió a todas las sociedades precapitalistas como tradicionales,
provocando diversas protestas; el pensamiento de la teoría rowstoniana se
considera, sobre todo en el libro citado, como un manifiesto anticomunista, ya
que trataba de demostrar que el inicio del desarrollo no dependía de un Estado
revolucionario, como ocurrió en la URSS, y sí de un conjunto de medidas
económicas tomadas por cualquier Estado-nación que asumiese la ideología
desarrollista; en otros escritos posteriores Rostow defendió la necesidad de
que ese Estado desarrollista tuviese una probada fortaleza, en donde, según
Dos Santos (2002:16) sus trabajos para la Agencia Central de Inteligencia CIA
fueron una de las principales referencias de las políticas de golpes de estado
modernizadores practicadas en las décadas de 1960 y 1970, incluyendo la de
Brasil en 1964.
La segunda etapa, se considera como una etapa de transición; la tercera etapa
es una etapa crítica según Rostow, pues en ella ocurren cambios cualitativos
tanto en las estructuras económicas como en las formas de comportamiento,
coexistiendo tres condiciones:
1. Elevación del coeficiente de inversión productiva;
2. La implantación de uno o varios sectores de industrias de transformación
que se expandan a ritmos acelerados;
3. La rápida institucionalización de un aparato político social con tendencias
expansionistas. W. W. Rostow piensa que el despegue (take-off) se debe
a un impulso exógeno al sistema económico, que pudiera originarse en
el campo político (una revolución), o en el tecnológico, o bien en el de
las relaciones internacionales; dicho impulso se asemejaría, según él a un
agente catalizador que interviene en el proceso en el tiempo y lugar más
oportuno.
La cuarta etapa sería la continuación del despegue o una marcha hacia la
consolidación o madurez, implicando cambios importantes en las actitudes
de los pobladores los cuales ya no creerán en los milagros de la industrialización;
precisamente de allí arrancaría la quinta etapa llamada la era del consumo
en masa.
Otra de las más importantes corrientes teóricas de corte histórico que intentaron
explicar las características del proceso de desarrollo de la economía
moderna, se asocia con el enfoque llamado centro-periferia propuesto por Raúl
Prebisch (Furtado, C. opus cit)9, la formulación de la teoría de Prebisch se fundamenta
en una doble base que sería: el análisis de propagación de la técnica
moderna y la distribución de los frutos del progreso técnico. Según este
enfoque el nacimiento del primer foco de desarrollo industrial en Inglaterra
(1760), propicio un proceso de expansión de la tecnología moderna hacia la
mayoría del mundo, en los primeros cien años de lo que se llamó la revolución
industrial, dicho foco de desarrollo industrial, se amplio a su hinterland, a la
postre la característica fue la existencia de un centro que produce el desarrollo
tecnológico y una amplia periferia que esperó la oportunidad de utilizarlo; hasta
la segunda guerra mundial Inglaterra fue ese centro productor tecnológico,
posteriormente Estados Unidos es uno de los países que ha ocupado esa característica
particular hegemónica.
Con lo presentado hasta aquí, se evidencia la existencia de múltiples posiciones
y enfoques históricos que han intentado circunscribir a diferentes procesos
económico-sociales el concepto de desarrollo, con la clara intención de
esclarecerlo, esto, en virtud de la visión y la orientación filosófica o escuela de
pensamiento a la que pertenece el autor mencionado; lo cierto es que cada posición
representa un punto de vista particular que esta coligado a una época
particular y a ciertas características de la sociedad en ese momento específico.
Lo que sería posible desprender reflexionando de los párrafos anteriores, es
que, por ejemplo: en el caso de K. Marx, según la visión de su época, limitó su
análisis a los factores que según él desempeñaban un papel fundamental en
las transformaciones del sistema capitalista (SC) de aquel entonces, en donde,
al comparar estos factores con la evolución acelerada que ha tenido el propio

9 Las ideas centrales de R. Prebisch aparecen por primera vez en El desarrollo económico de América Latina y algunos de sus principales problemas (CEPAL, 1949).

SC, en virtud de múltiples factores mundialistas, entre ellos, los llamados sistemas
emergentes (SECHS)10 como la globalización de la economía, ciertamente,
sus predicciones estarían sustancialmente alejadas de la realidad actual.
En el caso de las etapas de W. W. Rostow, según Furtado C. (1979:132) y
Dos Santos (2002:17) no representan más que una descripción generalista por
la precariedad de su base analítica, ya que su teoría se funda en un determinado
número de proposiciones sobre la oferta, la demanda y la forma de producción,
pero esta teoría dinámica de la producción no explica el transito de las formas
de producción tradicionales hacia las formas industriales más recientes. Finalmente,
la consideración del desarrollo como una secuencia de fases mostrada
en las teorías presentadas anteriormente, sería un esfuerzo de interpretación
que implica altos niveles de abstracción, por la evidente complejidad de los
procesos históricos, perdiendo, en el proceso, eficacia explicativa, sobre todo
en la predicción de las tendencias a largo plazo.
Así, sobre el análisis de las economías contemporáneas (Furtado, C. opus
cit) en este marco dinámico asociado a las fases mencionadas, indica la no existencia
de un paso automático de una fase inferior de desarrollo a otra superior,
al contrario las opiniones generalizadas coinciden en que la única tendencia
observada sería que los países subdesarrollados sigan siéndolo: ¿hasta cuando?
Una difícil respuesta que englobaría múltiples vertientes de análisis, que
hasta nuestros días ciertamente son temas de actualidad, pero que escapan
de los alcances del presente artículo. Lo que sí se podría afirmar sin lugar a
duda es que las ciudades independientemente de su condición de desarrollo
o subdesarrollo en el plano económico, requieren de procesos de planeación
físico-espacial efectivos, eficientes y eficaces, que garanticen una orientación
adecuada y equilibrada en la orientación de los procesos de expansión territorial
de los usos del suelo.
No obstante, de éste análisis de características económicas y que definen
al desarrollo en ese contexto, se podrían perfilar algunas ideas generalistas
que involucren determinadas condiciones y diferencias particulares asociadas
a este mismo concepto, las cuales pudieran desprender ciertas líneas de

10 Consideramos a la globalización como un Sistema Emergente de Codificación Histórico Social (SECHS), concepto propuesto por el autor de este escrito (Sousa, E.:2007). En este sentido, la noción de sistema emergente la derivamos de la interpretación de Johonson, S. (2001): “Emergenciaes lo que ocurre cuando un sistema de elementos se organiza espontáneamente hasta dar lugar a un comportamiento inteligente”; entonces, los SECHS los definimos como períodos de la civilización históricamente determinados como: el tribalismo, esclavismo, feudalismo, el colonialismo y el imperialismo, o el socialismo y el capitalismo; ahora también consideraríamos al fenómeno de la globalización dentro de esta categoría; claro está, guardando las debidas proporciones. Distinguimos el concepto de codificación en el sentido que la globalización es posible identificarla y aislarla en períodos de tiempo para su estudio, digamos, codificarla, e histórico-social en tanto que no es un fenómeno reciente y afecta o influye a la sociedad en su conjunto.

orientación que permitan proponer, a manera de descripción operativa y muy
preliminar, una definición de la noción de desarrollo, la cual trataría de circunscribirse:
por un lado, a las cuestiones socio-económicas antes mencionadas
(el espacio económico EE) y por el otro, a generalizaciones que involucren los
procesos de expansión físico-espacial de los usos del suelo que dan forma a
las ciudades (el espacio metropolitano EM); ya que finalmente el referente del
espacio económico sería el espacio territorial y dentro de éste el EM, representa
el elemento donde tradicionalmente se desarrollan los más importantes sectores
productivos.
Entonces, la propuesta sería que el desarrollo de un país, una región o un territorio
particular, desde esta óptica de investigación, involucra no sólo a la transformación
por la cual se gesta un proceso de cambio social, el cual debiera de generar
igualdad de oportunidades sociales, políticas y económicas para sus pobladores, satisfaciendo
las cada vez más crecientes necesidades humanas del lugar; sino también
implicaría las condiciones necesarias para tender a la correcta orientación del crecimiento-
expansivo físico-territorial, equilibrando los usos del suelo que los pobladores
residentes hacen del sitio en cuestión, claro esta, en condiciones de sustentabilidad y
gobernabilidad; particularmente en aquellas zonas en donde es mayor la concentración
de pobladores; por ejemplo, en las áreas metropolitanas.

El subdesarrollo

El concepto de subdesarrollo aparece en el seno de las Naciones Unidas
aproximadamente en la segunda mitad del siglo XX (1944-1945) al finalizar la
segunda guerra mundial, según Ortega, A. (1989:329) el subdesarrollo como
estructura o como proceso se circunscribe a múltiples factores entre ellos: i.
El crecimiento de pobladores es en términos relativos superior al crecimiento
económico, ii. La existencia de una economía dependiente, iii. La existencia
de recursos productivos inexplorados, y otros más; no obstante, Ortega, A.
no menciona una característica intrínseca al subdesarrollo que esta asociada
directamente con la economía global y la forma en que ésta explota los recursos
naturales precisamente en los países en desarrollo; aparentemente podría
interpretarse como una contradicción con el último inciso presentado por Ortega,
A., ya que, por lo menos en México, los controles laxos implementados
por la mayoría de los Estados-nación, sobre todo en la esfera coligada a las regulaciones
ecológico-sustentable, permite a las empresas globales, entre otras
cosas, la sobre explotación de los recursos naturales.
En este orden de ideas, podríamos decir que forma similar a la exploración
del concepto de desarrollo, los análisis de las características de los países
subdesarrollados han involucrado diferentes escuelas de pensamiento, una de
las más importantes es sin duda la Comisión para América Latina y el Caribe
CEPAL fundada en 1949 (R. Previsch).Transcurridos más de cincuenta años
es posible visualizar que, las características de comercialización entre centro periferia se han modificado y el modelo cepalino de ese tiempo ha sufrido mutaciones
importantes; en efecto, el intercambio internacional de manufacturas
por productos primarios ya no define sustancialmente las relaciones entre los
países desarrollados o centros y los subdesarrollados o periferias de hoy: los
procesos proclives de globalización galopante se han encargado de ello.
Ahora las formas de apropiación de capital provenientes de incrementos
en la productividad de la empresa transnacional (ET), tanto del sector secundario
(manufactura) como los de la servicialización11, operan mediante mecanismos
procesales totalmente diferentes, por ejemplo: la inversión extranjera
proveniente de países desarrollados, en muchos de los casos, traslada algún
tipo de desarrollo tecnológico de alta productividad, franquicias de servicios
u otro tipo de negocio, a países periféricos subdesarrollados intermedios12 como
México; combinándose, por evidente conveniencia de los primeros, con los salarios
de los recursos humanos del lugar, los cuales, ciertamente, son mucho
más bajos que los pagados en los países inversores o centros; esto genera mediáticamente
ganancias que son absorbidas por las empresas trasnacionales,
de las cuales una parte pueden ser reinvertidas en el sitio, o en otro país periférico
donde existan mayores ganancias, pero finalmente son repatriadas a
los países centrales e invertidas en múltiples ítems, creando un mayor redesarrollo13
en esos países y en muchos casos, un desgaste de los recursos en los
subdesarrollados; generando en el proceso ciclos iterativos interminables.
Es claro que el fenómeno de desarrollo-subdesarrollo involucra variables
multidimensionales que difícilmente podrán ser tratadas en este espacio, pero
quizá esta pudiera ser una visión, aunque dimensional, parcial y muy restringida,
del proceso que impide lograr estadios de mayor desarrollo en algunos
países emergentes intermedios, como los llamaría Di Filipo (1998.); la pregunta
sería: ¿cuándo se terminará este proceso?, ciertamente, para los países desarrollados
es probable que transcurra un largo periodo de tiempo, lo más
probable es que nunca: el cómodo negocio de apropiación de excedentes de
11 Si a la revolución industrial como proceso se le denomina industrialización: entonces, industria >
industrial > industrialización, con la misma lógica lingüística a la efervescencia de los servicios se le
puede llamar servicialización: de servicio > servicial > servicialización (Garza, G.2003:11).
12 Según Di Filippo (1998:8) desde la óptica de la presente revolución tecnológica, los centros son similares
a los que hegemonizaron las relaciones internacionales durante el siglo XX: EEUU, Alemania y
el Japón; mientras que las periferias se han diferenciado internamente: Superiores, las economías
del Asia oriental, intermedios, las emergentes economías latinoamericanas e inferiores, las economías más castigadas del África al sur del Sahara.
13 Se refiere al concepto asociado a aquellos espacios geográficos que por su condición de ciudades desarrolladas han adoptado nuevos procedimientos internacionales de movilización dinámica de capital y de procesos de hiperinformacionalización, como los empleados en la globalización o mundialización; serían ciudad global en el concepto de S. Sassen (1991), por ejemplo: N. York, Londres,Tokio, París y otras (Sousa, E. 2007)
capital que propician una hiperacumulación primaria, derivado de: la proclive
mundialización, de los rumbos de los mercados mundiales, de los modelos
económicos nacionales, de lo laxo en los controles de los Estados-nación y
otros, impedirían a los especialistas del tema un pronóstico acertado; mientras
que para los países periféricos, lo más probable es que se termine: cuando
las empresas trasnacionales ET agoten los recursos del sitio, ya sea naturales,
humanos, o de otro tipo que a ellos les interese para incrementar sus capitales
económicos, o cuando los gobiernos centrales asuman su papel de liderazgo
endureciendo los controles, por ejemplo: medio ambientales, de sustentabilidad,
de política económica, de mercado y otros, incluso los asociados a la
corrupción de cuello blanco; y puedan reorientar el rumbo de la sociedad, para
producir precisamente lo que se importa o lo que ofrecen las ET; esto, mediante
una mayor inversión en educación, en investigación, en desarrollo tecnológico
e innovación14 (I + D + i).
Este ciclo iterativo generado en los países periféricos por los desarrollados,
que tienden a invertir o reinvertir las utilidades extraídas de los países subdesarrollados
en sus lugares de origen, en muchos casos, en I + D + i, se
representa en términos generales en el diagrama n° 1; el cual muestra que es
a partir de los procesos de globalización o mundialización y de la apertura
para la inversión extranjera permitida, fomentada y casi sin restricción en los
Estados-nacionales de los países periféricos, que se hace cada vez más grande
la brecha que separa a algunos de éstos países de los considerados desarrollados.
Con todo esto, lo expresado hasta aquí aunque en cierta medida esquematiza
lo que ocurre en el mundo económico de la mayoría de los países en desarrollo,
no explica cabalmente los procesos físico-territoriales generados en el
ámbito urbano, mucho menos aquellos más puntuales ocurridos al interior de
éstos y que sus pobladores deben vivir día con día, por ejemplo: la ineficiente
orientación del crecimiento y expansión física de las ciudades-metropolitanas
que incrementan las distancias origen-destino para los pobladores generando
viajes pendulares innecesarios; incluso fenómenos todavía más específicos
asociados: con la morfología urbana, que es definida en muchos de los casos,
por los accidentes topográficos, o por las características de las construcciones
arquitectónicas, o por las mutaciones culturales que influyen en los comportamientos
y en algunas preferencias sociales suntuarias, asociadas con culturas
consumistas importadas, que tienden a modificar sustancialmente los hábitos
de consumo de ciertos grupos de pobladores; sobre todo aquellos de mayores
ingresos económicos.
Por estas razones, es que a continuación se pretende avanzar, a partir de
las exploraciones de los conceptos de desarrollo-subdesarrollo analizados ante-

14 Para profundizar en el concepto de innovación ver a: Dogan, M. y Pahre, R. (1991).

riormente, en el conocimiento de la comprensión de los fenómenos incorporados
a la orientación perimetral de la expansión urbana, particularmente en lo
que respecta a la esfera metropolitana. Es prudente aclarar que lo en seguida
se expone deberá entenderse en un nivel de abstracción tal, que permita la
comprensión de todo el sistema metropolitano, ya que en apartados posteriores
particularizaremos en esta propuesta particular asociada a la conceptualización
operativa para la planeación urbana, que considera a los factores exógenos
como la globalización y el desarrollo-subdesarrollo de importancia sustantiva en
ese proceso.
Lo cierto es que para poder entender, explicar, y sobre todo, planear la
orientación y crecimiento de los usos del suelo, en las ciudades-metropolitanas
de países subdesarrollados intermedios como las de México, interés de la
presente investigación, más allá de la explicación purista coligada al proceso
fenomenológico estrictamente economicista, que se ha tratado de desarrollar
parcialmente en los párrafos anteriores; sería requisito sine qua non, más que
leer la ciudad como texto, o como objeto cultural, en la interpretación de C. Monsivaís
(Salazar, J. 2006), que su exploración se colige al entendimiento cabal,
de los procesos de transformación que ocurren en los diversos sistemas sociales
urbanos15(SSU) que la componen, analizados éstos como un todo, a partir, por
ejemplo: de su interacción con fenómenos mundialistas como la globalización
y de la propia evolución del sitio en el espacio de la modernidad.
En efecto, dentro de la presente exploración, se pretende circunscribir la
interacción de los sistemas sociales urbanos SSU, con los diferentes aspectos
derivados de la globalización, en el proceso que da forma a la ciudad; esto
significa, según la posición teórica planteada aquí, que en mayor o menor medida
los componentes de los SSU, juegan un papel importante en la morfología,
orientación, crecimiento y expansión de los usos del suelo, que los pobladores
utilizan en su vida diaria al interior de las metrópolis; dichos componentes serán
explicados en seguida:
Para John Friedmann (1976:72), el sistema social esta compuesto por i. la organización
espacial de la economía (actividades económicas + redes de colonización)
y ii. La organización espacial de la modernización (patrón sociocultural
+ organización territorial del poder); considerando el contexto en que J.
Friedmann elaboró ésta propuesta, su posición pudiera ser reconocida como
de importancia significativa, ya que su teoría consiste en contemplar a la nación
como la unidad representativa para proponer y resolver problemas de
urbanización concretos (Friedmann, J.: 1976).
No obstante, desde la óptica de esta investigación en proceso, no se pretende
visualizar al país en su totalidad, por sus evidentes asimetrías, considerando
además, que la organización de los componentes coligados a los sistemas
sociales urbanos, esta enmarcada, a diferencia de la propuesta de J. Friedmann,
básicamente en dos sistemas endógenos y un sistema exógeno que se ha denominado
sistema mundo, que el autor mencionado, desde esta óptica, no incorpora
en su justa dimensión. Dichos componentes de los SSU, desde la propuesta de

15 Los sistemas sociales urbanos se definen en esta investigación, como un conjunto de procesos complejos desarrollados por una sociedad urbana, que interactúan concatenada y holisticamente en una concentración geográfica de pobladores con actividades no agrícolas, conformando ambientes con determinadas características culturales, de identidad, de comportamiento, de organización, de instituciones y otros, que en conjunto definen un sitio en términos de ciudad; y a la interpretación que agrupa a éstos en el interior de los SSU en términos sinergéticos, se define como Modelo de Relaciones Sociales MRS.

esta investigación, agrupan de manera integral, las características sociales que
determinan, entre otros, la organización socio-espacial del sitio, convirtiendo
a su comprensión integral en un proceso indispensable para la planeación y desarrollo
de las políticas públicas metropolitanas PPM16. Dichos componentes son:
ver figura n° 1.
1. El sistema mundo (sistema exógeno).
2. El sistema nacional (sistema endógeno).
3. El sistema metropolitano (sistema endógeno).
i. El subsistema espacial
ii. El subsistema económico
iii. El subsistema político-institucional
iv. El subsistema socio-cultural.
16 Mencionamos “políticas públicas metropolitanas PPM” ya que se considera que en México las atribuciones
otorgadas a los municipios por el artículo 115 constitucional, no son del todo funcionales
en las áreas metropolitanas, ya que, entre otros, la planeación del desarrollo urbano se efectúa con
una visión local, parcializada y de muy corto plazo.
En esta caracterización agrupada en sistemas endógenos y exógenos se deben
de incorporar tanto las teorías que explican los comportamientos de la
sociedad: formas de interacción social, cultura, sus preferencias locacionales
y otras, así como las exploraciones e investigaciones aplicadas a sitios específicos;
por ejemplo: uno de los factores que intervienen en éste tipo de exploraciones,
sería el análisis del sistema económico que ha sido propuesto, dentro
de la presente investigación, como componente del sistema social urbano SSU.
En este caso la exploración teórica-práctica estaría enfocada, por ejemplo, a
los procesos que tienden a definir el grado de desarrollo-subdesarrollo del sitio,
identificando desde la teoría y entre otras cosas, las generalizaciones asociadas
a dicho fenómeno económico, particularizando además, en las diferencias sustantivas
existentes entre las dos dinámicas del desarrollo económico existente:
las de los países desarrollados o centros y los subdesarrollados o periféricos.
Por otro lado, desde el ámbito de la investigación operativa-aplicada se examinaría,
por ejemplo, en el caso particular de México, el contexto en que se
dan las asimetrías regionales al interior, identificando en el proceso algunas
de las zonas con mayor desarrollo económico; las cuales asumen el papel de liderazgo,
no sólo en el ámbito político-institucional de su hinterland, sino también
en el de la utilización, y en algunos casos la generación, de tecnología
innovadora de aplicación en las diversas esferas del conocimiento: en el sector
industrial, en el de la servicialización, en el asociado a las redes de informacionalización,
y otros; estrechando aún más la relación »autonomía-dependencia
« y ensanchando las desigualdades no sólo entre las regiones geográficas,
sino entre espacios relativamente contiguos a las metrópolis, por ejemplo, lo
que actualmente ocurre en: la zona metropolitana de la ciudad de México,
ZMMM, el área metropolitana de Monterrey, AMM, el área metropolitana de
Guadalajara, AMG, el área metropolitana de Puebla, AMP y otras.
Es claro que al interior del país existen características que denotan flagrantes
desigualdades sociales, económicas, espaciales y otras, que también pudieran
circunscribirse a los conceptos mencionados por la CEPAL: de centro
a las áreas metropolitanas o con mayor »desarrollo« y periferia a los sitios con
mayor rezago y dependencia; éste modelo cepalino servirá para ejemplificar
gráficamente, en los párrafos subsiguientes, la forma que itera al interior del
país la utilización de tecnología innovadora, que influye en el »desarrollo«
de algunas zonas generando en el proceso lo que podríamos llamar las no
ciudades.
Entonces, resulta evidente que esta forma de conceptuar el proceso metodológico
de planeación para la orientación, crecimiento y expansión de los
usos del suelo en las áreas metropolitanas nacionales, indica que lo que se
ha definido como subdesarrollo económico intermedio (Di Filipo, 1998), por lo
menos para el caso de México, denota una característica asociada a una graduación
y quizá a un estigma, impuesto en el eje del sistema mundial; el que ciertamente señala al país y a uno de los componentes del SSU, particularmente
al sistema económico, como una variable que evidentemente influye no sólo
en los procesos de expansión del sitio, sino también, en ciertas características
morfológicas del lugar. Ver: figura n° 2.
Reflexiones finales
En este orden de ideas, al considerar el análisis integral de los seis componentes
a los que se ha coligado el sistema social urbano SSU para las metrópolis
mexicanas, la propuesta giraría en torno a formular lo que se ha denominado
Modelo de Relaciones Sociales (MRS); dicho modelo mencionado trataría de
asociar las exploraciones derivadas de los componentes del SSU (sistemas endógenos
y sistema exógeno), con el propósito de: por un lado, caracterizar a los
pobladores urbanos integrantes del sitio en investigación y; por el otro, establecer
las estrategias más operativas y provechosas, fincadas en políticas públicas
metropolitanas PPM específicas, con participación ciudadana; con la intención
de orientar la expansión metropolitana en forma conveniente para la mayoría
de los grupos sociales asentados en el lugar. Ver figura n°3.
Dicho Modelo de Relaciones Sociales MRS esquematizado en la figura
n° 3, intenta sintetizar en un horizonte de abstracción ajustado, las interacciones que se identifican en las diferentes esferas relacionadas con el proceso
de planeación urbana, particularmente en aquellas áreas metropolitanas con
características similares a las de México (AMM, AMG, AMP); así, la propuesta
parte de considerar como centro evidente de todo el proceso, a la sociedad
metropolitana asentada en el sitio de análisis, en un contexto espacial referido
al desarrollo-subdesarrollo, conceptos que se han explicado sucintamente en párrafos
anteriores.
Dicha consideración implicaría una modificación sustantiva en algunos de
los patrones de enfoque históricos y actuales, referidos al proceso metodológico
de la planeación, que impactarían en el desarrollo urbano, los cuales, en la
mayoría de los casos, privilegian a: las actividades productivas secundarias y
ahora con mayor énfasis a las terciarias o de servicialización, o a la difusión de
innovaciones, como sería el caso de la propuesta de J. Friedmann (1976:74), o a
factores puramente espacialistas en términos de diagnóstico (infraestructura,
equipamiento y otros) o en el peor de los casos a acciones estrictamente contingenciales
(ver definición en cita de píe siguiente), mas que a los pobladores
del sitio y a su participación activa y efectiva en el proceso mismo de hacer
ciudad.
Por el contrario, el enfoque planteado, centraría el proceso metodológico
de planeación y a sus políticas públicas metropolitanas derivadas, las cuales
inciden en la orientación, crecimiento y expansión del desarrollo metropolitano,
tomando como base al poblador del lugar, no solamente como un habitante
sin importancia colectiva, que es llevado y traído por los caprichos de la actividad
económica, o por los designios de intereses proclives de particulares, que buscan
sólo la acumulación primaria de capital; sino que sería a partir del conocimiento
de sus particularidades: culturales, de ideosincracia, de educación, de
subdesarrollo, de impacto globalizante, su participación operativa y otras, y
sobre todo, estableciendo cabalmente las aptitudes del suelo, donde se territorializaría
espacialmente su permanencia como habitante metropolitano, que
se plantea ejecutar el proceso metodológico de la planeación del desarrollo
urbano.
Aunque el planteamiento se pueda considerar como una utopía, ciertamente,
no lo es, la pertinencia de lo tratado radica, entre otras cosas, en que
la mayoría de los individuos que forman parte de los conglomerados metropolitanos,
de una u otra manera, están inconformes con los diversos problemas
que tienen que enfrentar día con día en la ciudad, contrariedades, que en muchos
de los casos, se percibe que son consecuencia de la ineficiente forma del
planeamiento urbano; esto señalaría directamente a los principales actores y
perpetuos responsables del diseño y ejecución de las políticas públicas PPM,
que han llevado a las ciudades a este estado de hechos. Nos referimos tanto
a las dependencias, agencias u organismos federales, estatales y municipales,
relacionados con la planeación del desarrollo urbano, así como ciertos recursos humanos que ahí laboran, que en algunos casos pudieran asociarse con el
concepto de funcionarios públicos contingenciadores17, contratados por los altos
mandos del gobierno local o estatal, en muchos casos, por consideraciones
políticas más que por capacidades manifiestas.
Es claro que una sociedad inconforme y cada vez más participativa de
los procesos de la política urbana como la actual, representa una fuerza tal,
que puede modificar para el beneficio de su misma colectividad, el desempeño
ineficiente, ineficaz e inefectivo y muchas veces proclive de los tomadores
de decisiones; esto es claro si se revisa la historia, no sólo en México, sino
en Latinoamérica y el mundo en general, donde »sociedades inconformes«, con
motivaciones diversas como: nuevos impuestos, represión, demanda de privacía,
oposición a disposiciones gubernamentales, defensa de costumbres,
evidencia de corrupción de servidores públicos, carencia de equipamientos
e infraestructura, incumplimiento de promesas de campaña política y otros
muchos mas; con diversas formas de manifestación y participación ciudadana
(pacífica o belicosa) logran lo que Arrom, S. y otros (2004) plantean como La
revuelta en las ciudades: que no es otra cosa que exigir respeto para los pobladores
y eficiencia, eficacia, efectividad, tanto en el desempeño del funcionario público
en sus diferentes esferas de gobierno: Federal, Estatal y Municipal, así como
de sus acciones mediáticas que estrían representadas por la ejecución de políticas
públicas.
Es claro que la sociedad del siglo XXI es diferente a la de mediados del
siglo pasado, los disímiles procesos de informacionalización, globalización y de
difusión urbana generalizada mencionados por autores como M. Castells (2002:
vol. I, II, y III; 1974), Borja, J. (2002), Blumer-Thomas (2003), Amin, S. (1999),
Sassen, S. (1991), y otros, se han encargado de transformarla indefinidamente;
prueba de ello son las revueltas en las ciudades generadas por movimientos
sociales recientes en México, como por ejemplo, los de Veracruz, Oaxaca,
Puebla, Cd. de México o en el Brasil (el motín de vintem 1880) o Colombia ( la
rebelión de los barrios, el Bogotazo 1893) y otros mucho más recientes.
En efecto, según Arrom, S. y otros (2004) la participación política de las
masas urbanas como fenómeno nuevo emergió después de 1910 y distinguió al
siglo XX del anterior, cuando las elites controlaban con firmeza los procesos

17 Funcionario contingencial o urbanista de contingencia concepto que ha sido propuesto Sousa, E. (2007), alude a aquellos servidores públicos incrustados en algunas dependencias municipales o agencias estatales asociadas con la planificación del desarrollo urbano; los cuales tienen una visión decimonónica y limitada del futuro, además de serias deficiencias de orden teórico-metodológico de aplicación procesal en la planeación urbana y una proclividad galopante hacia prácticas coligadas con la corrupción, lo que les impide formular soluciones urbanas integrales de largo plazo, prefiriendo intervenir en problemas contingenciales que surgen diariamente en la ciudad: es decir, cambiando lo importante por lo urgente, lo importante por el sostenimiento del poder o por asociaciones en contubernio, francamente ilegales y nocivas para el equilibrio físico-espacial de la sociedad.

políticos, ahora, con este nuevo siglo en transcurso, los políticos tomadores de
decisiones, seguramente han tomado »conciencia«, que cada vez será mas comprometido
equivocarse en decisiones que afecten a una colectividad metropolitana
o involucrarse en actos de corrupción y arriesgarse a un juicio político, o
peor aún, al reclamo social partidista, que dicho sea de paso, existen múltiples
ejemplos del voto de castigo partidista de la ciudadanía; por eso el tender a
un modelo de planeación del desarrollo urbano que transforme equilibradamente
el rumbo de las metrópolis e impida la generación de concentraciones
urbanas de magnitudes irresponsables, como la existente en la zona metropolitana
de la ciudad de México ZMCDM, no debe de ser considerado como una
utopía, sino como una necesidad imperiosa e impostergable y a los servidores
públicos que pudieran implementar tales acciones preventivas, extenderles
un reconocimiento a su labor en pro del ciudadano metropolitano, en caso
contrario demandárselos.
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Arana, Benjamín., 1990: Planificación sociedad y utopía. México: CIDE, FCE.
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Arendt, H., 1993: La condic

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